« Era martes | Principal | La Despedida »


Rebobina. El cerdo que escapo del matadero.

Hay un escape en el radiador, una mancha de aceite en el suelo y un goteo constante que une ambos a un tranquilo ritmo. Ahora mismo es el único reloj que marca el tempo exacto de la situación, con el corazón de Rob golpeándole las costillas descontrolado y el corazón de Daisy que parece no latir. Hay quien diría que si la pincharan no saldría sangre, pero tambien es cierto que el cupo de sangre para la escena esta ya más que completo como para verter más. Porque para ser exactos existen otras dos manchas en el suelo , pero sin radiador como pareja, y su ritmo no es para nada tranquilizador, es el ritmo de dos almas que gotean sobre el éter, tocata y fuga de dos chicas ricas de pueblo que ya no se ríen mientras manan sangre caliente sobre el asfalto.

Casi se podria decir que los vivos de la escena tienen la sangre más helada que los muertos, y la tez mas cenicienta, sin duda alguna. Daisy mira a Rob con los ojos muy abiertos y Rob mira el coche intentando abarcar el hecho de que en lo que a coches respecta la parte de abajo va abajo y la de arriba arriba. Es mecánico, se supone que no puede tardar mucho en hacerse a la idea. Y ahí lo teneis, una súbita comprensión heredada del miedo y el corazón se pone en marcha como una bomba hidráulica propulsada por adrenalina. El cerebro de Rob intenta alcanzar el progreso de los hechos que le superaron, adelantarse a ellos y quitar su cuerpo de enmedio antes de ser arrollado. En vez de eso lo que hace es tambalearse hasta la cuneta y vomitar hasta que la bilis le quema la garganta. Después vuelve a la carretera y mira a Daisy.

Daisy no va a ser de ayuda, intentando atrapar aire para sus pulmones mientras boquea incapaz de encontrar una forma de expulsar lo que lleva dentro, demasiado grande para poder salir, se queda dentro, en un dentro demasiado pequeño para contenerlo. Rob la coge por los hombros, la llama, la sacude, la vuelve a llamar --¡Daisy!-- hasta que ella fija los ojos en él, cordura rescatada por el momento, al menos hasta que lo que ha pasado tenga tiempo de aposentarse en su mente con todas sus implicaciones.

-Daisy tenemos que hacer algo, si alguien se entera de esto me cuelgan, ¿entiendes? no pararan hasta llevarme a la silla
-pp-pero no fue culpa de nadie, fue... fue un accidente!
-explicaselo a los padres de tus amigas, explicales que hacias, que paso, explicales todo y me acusarán de secuestro, violacion, doble asesinato, joder, me acusarán hasta del asesinato del jodido Lincoln, ¿y quién les va a llevar la contraria en este pueblo de mierda? tenemos que decirles otra cosa Daisy...
-podemos decirles que un ciervo se cruzo en el camino y...
-no creeran eso en la vida Daisy, ¡despierta!, yo no puedo haber estado aquí si quiero salir entero de esto.

Rob obvia el hecho de que el padre de Daisy en su afan cinegético ha barrido del meridiano en el que se encuentran cualquier vestigio de animal astado repoblando con los maridos de las empleadas que se tira la mitad de las veces que dice ir de caza. No sirve.

-escucha, tenemos que decirles que os estrellasteis y el coche volcó y Tracy y Macy, bueno, ellas, tu ibas detrás y eso te salvó...

Rob piensa rápido en esa posibilidad, en los puntos flacos, en las otras explicaciones posibles, piensa como nunca ha pensado para ponerse una cabeza por delante de los hechos y desviar la trayectoria letal que le apunta. Rob piensa hasta que decide que tiene que dejar de pensar y moverse y se pone en acción, soltando la grúa del coche, colocándola en el arcén como si fuese público en vez de parte del reparto, asegurándose de que Daisy sabe bien lo que tiene que decir. Respira hondo, coge la radio de la camioneta y llama a la oficina del sheriff del condado.

Que Crean que Ron W. Maxwell es estúpido es justo lo que Ron W. Maxwell desea, y en cierto modo lo es al menos en el noventa y nueve por ciento de las ocasiones, pero resulta que el uno por ciento restante es justo el momento en el que uno desearía no haber tomado por estúpido a Ron W. Maxwell. Así que piensen en el sheriff Maxwell como un estúpido, por favor, miren la valla publicitaria con su estúpida cara de palurdo al lado de esa oxidada grua en el arcén y enumeren con sorna los rasgos que le hacen parecer un cerdo: rosado, gordo, satisfecho... y obvien lo principal: la inteligencia porcina que brilla muy al fondo de sus pequeños ojos, se parece tanto a un hombre como pueda conseguirlo un cerdo, tanto como para ganar las elecciones a sheriff en vez de acabar colgado de un gancho en el matadero municipal, porque el sheriff es un superviviente, y todo el mundo parece olvidar que si hay un cerdo tras la mesa del sheriff algún humano debió colgar en el gancho del matadero para que nadie echara de menos a el cerdo que fue, es y será Ron W. Maxwell.

El servidor publico Ron Maxwell no se habia levantado intranquilo, el transcurrir del día no presagiaba absolutamente nada y el cafe de Wendy's no sabía profeticamente mal, es decir, sabía igual de mal que el resto de los días. Así que estaba concluyendo su jornada satisfactoriamente, comiendo una porción de tarta de manzana en el café del pueblo cuando entro su ayudante Larry y terminó para Maxwell la tranquilidad. Su mirada leyó en la postura de Larry problemas, algo muy útil que habia fomentado culpando a su ayudante por cada insignificante nimiedad que ocurriera y presionándole de forma que cuanto más se semejase Larry a un perro apaleado más se asemejaria la noticia que traía a una enorme putada para el jefe Maxwell. Y ésta era de las gordas. Vaya que sí.

-¿Qué crees que haces Larry? ¿cómo cojones te tengo que decir que no me molestes cuando voy a la cafetería? ¿eres lelo o qué?

Accidente de tráfico. Las niñas de los ojos de los tres hombres mas poderosos del pueblo muertas. No, dos muertas y otra herida. No, ¿ilesa? eso significaba dos cíclopes de pueblo cegados y clamando venganza contra nadie. Y esta vez no habría forma de culpar a un par de negros de todo y olvidar el asunto (olvidarlo mientras no fueras negro y parecieras sospechoso, es decir, mientras no fueras negro). Al menos la chica de los Connors estaba entera, lo cual hacía que toda la situacion no fuera tan grave comparada con lo grave que podría haber sido. Al fin y al cabo estas cosas pasan... ilesa... curioso que en el mismo coche dos personas acaben hechas papilla y una tercera salga sin un rasguño.

-¿Larry qué haces ahí parado? trae el coche patrulla

La primera patrulla había llegado hacía diez minutos y la ambulancia tardaría algo más aún, aunque no se preveía que sus servicios fueran muy necesarios, mientras hubieran traido suficientes bolsas para cadaveres no habría problema. El jefe miro bajo el coche y vio las dos manchas de sangre, los cadáveres a juego, vio la mancha de aceite, vio a Daisy Connors mirando al suelo envuelta con una manta.

-Dime Daisy, ¿que ha pasado aquí?
-yo, no lo sé sheriff, iba durmiendo atrás y de repente sentí un golpe y mucho movimiento y el coche estaba volcado
-entiendo, y llamaste a la grua ¿no? bien hecho. Tu tranquilizate, ha sido un desgraciado accidente, nada más. Larry, llama a otra patrulla para que venga aquí a esperar por la ambulancia y que Roundtree lleve a la señorita Daisy a su casa. Yo hablaré con el mecánico y nos iremos. Larry. Mueve el culo por favor.

Rob estaba casi creyéndose que iba a salir con facilidad del embrollo, cuando vio acercarse el sheriff a la grúa y tuvo que intentar no parecer aliviado, no parecer sospechoso, no parecer...

-Bueno hijo, menuda se ha montado aquí ¿no?
-Sí, sheriff
-mira, no tiene sentido hacer un circo de todo esto, cuando llegue la ambulancia y retire los cadáveres pon el coche del derecho y llevalo al desguace
-sí, sheriff
-sabrás ponerlo del derecho ya que lo pusiste del revés ¿no?

De repente las rodillas de Rob no son tan firmes, ¿o es tal vez que todo el mundo se tambalea?. El sheriff lo sabe, o si no lo sabía ya lo sabe, es algo que ha quedado claro en como se congestiona la cara de Rob.

-no le entiendo sheriff
-mira chico, habría que ser estúpido para no ver todas esas marcas en el asfalto, no se como la has convencido a ella y me da lo mismo, solo digo que si no quieres acabar frito en la silla mejor será que recuerdes quien tiene tus pelotas en un frasco.

ridar



decid que es malo y porque, pero decid algo coño!!.

Posted by: ridar en: 3 de Octubre 2005 a las 04:34 AM

es el mejor texto que he leido últimamente. me ha cojeado 1poco el final, pero vaya tela, esta muy guapo tio. fluye a muerte.

Posted by: sirag en: 3 de Octubre 2005 a las 08:51 PM

ya, es que realmente no ocurre nada, es muy continuista y se nota en el final en ese sentido, que parece que me lo queria quitar de enmedio: va muy rapido y te deja algo frio. A lo mejor reescribo esa parte a ver si le doy algun tipo de climax de desenlace

Posted by: ridar en: 3 de Octubre 2005 a las 11:49 PM Escribe un comentario









¿Recordar información personal?